57th & 9th

May
18
2017
Mexico City, MX
Auditorio Nacional
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Sting por partida doble en el Auditorio Nacional...

El músico británico Sting se presentó anoche por segundo día en el Auditorio Nacional, logrando llenar nuevamente el lugar, con 10 mil fans que se le entregaron en poco más de hora y media de show.

Seguidores, en su mayoría de la “vieja guardia”, fueron los que recibieron al carismático Sting en su regreso mexicano para un concierto que recorrió sus éxitos a lo largo de una carrera de cuatro décadas, así como su material discográfico 57th & 9th con el cual bautiza su gira.

A eso de las 20:30 horas inició el espectáculo con la presentación de su hijo Joe Sumner, quien ofreció un set musical en solitario con guitarra en mano, sumándose después la agrupación The Last Bandoleros (“Los últimos bandoleros”), mismos que calentaron los motores y quienes además se integraron a la banda que arropaba a Sting.

El ídolo emergió a las 21:25 horas y se le pudo ver sin mayor parafernalia, luego de que en la fecha debut mostrara su apoyo a los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; pero para la segunda entrega regaló puras dosis altas de rock.

Vestido con jeans negros y playera gris oscura, salió con su inseparable y desgastado bajo, al cual se le veían las marcas del tiempo y del uso, tocando inmediatamente “Synchronicity II” y “Spirits in the Material World” para revivir las nostalgias de The Police.

La producción destacó por un poderoso juego de luces que cruzaban todo el Auditorio, acomodándose especialmente en la parte delantera del proscenio con los espectadores a pie y el resto en la butaquería habitual.

“I Can’t Stop Thinking About You” y “Every Little Thing She Does Is Magic” fueron las primeras que prendieron a los presentes, para después entonar “One Fine Day” y “She’s Too Good for Me”.

El ensamble conformado por Sumner y The Last Bandoleros hicieron gala en el acompañamiento instrumental, donde también destacaron “Fields of Gold”, “Down, Down, Down” y “Shape of My Heart”,una de las más queridas de la velada, mientras algún maullido acordeonero estremecía la piel. 

Con los ánimos enardecidos continuó “Message in a Bottle”, en tanto la audiencia brincaba y aplaudía, sintiéndose un momento emotivo cuando su hijo, cantó “Ashes to Ashes”, del desaparecido rocker David Bowie, para dar paso a su padre con la entrañable “So Lonely” de su ancestral trío.

La cátedra sonora parecía que culminaría con la exitosa “Roxanne” y “Ain’t no Sunshine”; pero cuando se despedía el vocal británico junto a su agrupación, compartieron unas cuantas rolas más: “Next to you” y (¡por supuesto!) “Every Breath you take”, provocando alaridos al unísono en un éxtasis generalizado, y dar cerrojazo final con “Fragile”.

El público partió satisfecho, dejando un halo de melancolía; se miraba a los fieles seguidores de antaño así como algunos jóvenes de la nueva ola, quienes recuperaron las energías con la magia de Sting sobre el escenario cuando ya pasaban las 23:00 horas. ¡Misión cumplida!

(c) Procesco

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